Bajo el punto de vista de la Psicología Junguiana
(escrito por Ricardo Holland, derechos de autor)
Monumento a los Descubrimientos, Lisboa |
Sucedió una tragedia que dejó marcas en las almas, Don Sebastián se perdió en la lucha a favor de la nación, pero algún día de niebla volverá, según el mito portugués proclamado por Fernando Pessoa.
Cuántas personas se
quedaron en la neblina cuando perdieron a sus hijos, padres, en la
guerra de ultramar, en las conquistas de antaño, en las tormentas de los océanos. Se cerró la brecha entre la realidad
e ilusión y se abrió la comunicación con los espíritus y el más allá. En la fuga del dolor
se apartó el hombre de lo real, sirvió para apaciguar el sufrimiento y para huir de la ansiedad del abandono. Creó un peseudo camino.
MAR PORTUGUÊS
Ó mar salgado, quanto do teu sal
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!
Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!
São lágrimas de Portugal!
Por te cruzarmos, quantas mães choraram,
Quantos filhos em vão rezaram!
Quantas noivas ficaram por casar
Para que fosses nosso, ó mar!
Fernando Pessoa
El Cabo de la Buena Eperança se tornó en el
paso simbólico al éxito a través de atravezar por situaciones adversas y complicadas de la vida. Pero, cómo será posible navegar un velero con psicofármacos a través en las aguas torrentosas y
exigentes de la vida? Qué pasó con el alma del portugués
que se lanzó a la conquista de tierras lejanas, inéditas, en los
años de las grandes emigraciones. Aquellos héroes que volvieron del extranjero con bienestar
económico, jubilaciones y casas, con sus
proyectos conquistados.
Yo sólo sé de los portugueses que vienen a mi consultorio para
crecer, aquellos que sufren del vacío irreparable de abandono, la
desintegración de la identidad familiar.
Vacío que dejaron en sus hijos abandonados, fueron los padres
reemplazados por los abuelos, tíos o hermanos.
La separación produjo un gran sentimento de soledad, de falta de amor.
En momentos decisivos de la infancia, el niño creó padres imaginários para
compensar la falta de ellos, para luego sufrir una gran desilusión por no corresponder su imaginación sublimada de la imago paterna con los entes reales, poco conocidos a la vuelta de sus conquistas por el
mundo. Los hijos crean la esperanza de que algún día de neblina
llegarán los padres convirtiendose en una desilucion interminable
cuando chocan com la realidad de concientizar que aquellos son seres que nunca volveran, cómo Don Sebastián.
Aquel gran navegador, Vaszo de Gama, con su intuición y capacidad de desafiar las holas gigantes
y remolinos peligrosos, desafiando los caprichos de la
naturaleza del Cabo de la Buena
Esperanza. Tenía un equilíbrio , que le permitió relacionarse en armonía con las
fuerzas del mar y su proprio mundo interior, su inconsciente.
El Cabo de la Buena Esperanza se
torna para muchos portugueses en el símbolo de separación entre dos mundos. La búsqueda de la identificación exterior se torna en la separación
interior. Como la velas de una
carabela, la que separa el mundo en dos.
La separación familiar que causa la crísis actual que exige del portugués una búsqueda de su identidad en el mundo,
no debe crear nuevamente fantasmas inexistentes de padres ausentes, en la mente infantil. Esta vez los hijos, las famílias, tienen
que atravessar juntos El Cabo de la Buena Esperanza, conscientes y despiertos, confrontando las adversidades de la nueva tierra. Es así que el símbolo
portugués, "las velas de las conquistas" se torne en unificador y no separador.
En el fondo se trata de volver a unir lo que un día fue separado en el alma del niño. Se trata mas bién en vez de conquistar el mundo, primero el de conquistarse a sí mismo.
"El pueblo portugués es uno de los que más psicofármacos consume en el mundo. Se habla inclusive que el 23% de la población sufre de alteraciones mentales. Es el primer consumidor de antidepresivos de Europa y donde existe mayor enfermedades mentales, según datos de la consultora IMS Health. La Comisión Europea divulgó los resultados del último Eurobarómetro sobre Salud Mental - que indica que
los portugueses son los mayores consumidores de antidepresivos de la Unión Europea (UE)."
"El pueblo portugués es uno de los que más psicofármacos consume en el mundo. Se habla inclusive que el 23% de la población sufre de alteraciones mentales. Es el primer consumidor de antidepresivos de Europa y donde existe mayor enfermedades mentales, según datos de la consultora IMS Health. La Comisión Europea divulgó los resultados del último Eurobarómetro sobre Salud Mental - que indica que
los portugueses son los mayores consumidores de antidepresivos de la Unión Europea (UE)."
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